De acuerdo con la Secretaría de Salud del gobierno federal, en la última década 24 entidades federativas no han registrado casos autóctonos y podrían ser certificadas como áreas libres de paludismo, entre ellas Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Durango y Estado de México.
Mientras que Nayarit, Tabasco y Quintana Roo tampoco tienen reportes en los últimos tres años, pero se mantienen como focos de transmisión residual. En tanto, Campeche, Chiapas, Chihuahua y Sinaloa presentan transmisión activa.
Se estima que en 2020 el número de muertes en el mundo por este padecimiento fue de 627 mil, 95 por ciento de los casos y 96 por ciento de las defunciones se concentraron en África, de las cuales 80 por ciento correspondió a niños menores de cinco años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esto se debe a las estrategias que ha impulsado México, informó Lorena González López, académica del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina (FM), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La universitaria resalta que pese a la crisis sanitaria por la COVID-19, “vamos por buen camino, es optimista el hecho de ver que se han reducido los casos por esta enfermedad y que vamos en vías de su eliminación”. En 2021 en el país se reportaron menos de 200. “En realidad, desde hace varios años la tendencia ha sido esa y se ha venido reduciendo, lo cual es bastante importante”, agregó la experta.
Por otro lado, el escenario mundial, a partir de 2020 hubo un ligero aumento en la incidencia y muertes por esa causa, que puede deberse a dos factores importantes: no se aplicaron las estrategias de manera completa debido a la pandemia y a que la OMS generó nuevos algoritmos y formas o estrategias para su identificación.
En ocasión del Día Mundial del Paludismo, que se conmemora el 25 de abril, la experta destaca que tampoco tenemos problemas de resistencia del parásito a los medicamentos antimaláricos, uno de los problemas que ocurre en forma importante en otros países. Cabe mencionar que a partir de 2007, cada 25 de abril los estados integrantes de la OMS conmemoran esta efeméride con el compromiso mundial de eliminar la enfermedad con base en el esfuerzo y acciones concretas de prevención.
El paludismo es un trastorno prevenible y curable, pero puede ser mortal, ocasionado por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de hembras infectadas de mosquitos del género Anopheles. Lorena González explica que la infección es causada por un parásito del género Plasmodium, del cual existen cinco especies que afectan al ser humano; una de ellas, Plasmodium falciparum, la más letal si no se trata a tiempo, se encuentra principalmente en África y en algunos países de Sudamérica.
En el caso de México, según el boletín epidemiológico, en 2009 se reportaron dos mil 595 infectados, aproximadamente, ocasionados por Plasmodium vivax, el más frecuente en nuestro país y extensamente distribuido en el mundo, causante de paludismo en su forma no tan virulenta o mortal.
La experta precisa que la enfermedad no necesariamente está asociada a la pobreza y depende de la movilidad humana y la migración, factor importante en nuestro país para su control.
A diferencia de otros vectores como Aedes aegypti, principal especie responsable del zika, dengue y chikungunya, Anopheles tiene particularidades como reproducirse en agua más limpia y oxigenada, aunque algunas especies también lo hacen en aguas con más cantidad de materia orgánica. “Es un mosco un poco más delicado, pero con buena estrategia para propagarse”.
Detalla que la sintomatología es variada –de acuerdo con el vector y ciclo de vida del parásito–, como cuadros febriles que alcanzan los 41°C, seguido de sudoración profusa y finalmente escalofrío y un cansancio extremo, manifestaciones que se repiten cada dos o tres días y tienen una duración de dos a tres horas. Las personas afectadas sienten cansancio extremo, síntomas que también se repiten cada dos o tres días, eso es algo desgastante.
Asimismo, añade González López, los afectados podrían presentar anemia, pigmentación amarilla de la piel (ictericia), probable crecimiento del bazo e hígado (esplenomegalia).
En el caso de Plasmodium vivax, en algún momento disminuye su sintomatología o bien las personas infectadas no desarrollan ninguna. Sin embargo, podría haber recaídas años o meses después, ello depende del ciclo de vida del parásito. “Este se queda ‘dormido’ en el hígado y de pronto ya no hay mayor problema, pero luego de cierto tiempo, debido principalmente a disminuciones en la respuesta inmune de los individuos, se reactiva y la enfermedad vuelve a invadir a los glóbulos rojos y resurge la sintomatología”.
Este padecimiento es incapacitante, lo cual representa pérdidas económicas porque en su mayoría los pacientes están en edad laboral; la fiebre y cansancio extremo les impide trabajar, “esa es una de las principales consecuencias en el país”.
Contra sí mismo
La universitaria recuerda que siempre habrá mosquitos y varios de ellos también serán vectores o transmisores de alguna enfermedad y que, al igual que las bacterias, crean mecanismos de defensa contra insecticidas y otros métodos de control. “Por ello, muchos nos hemos volcado al estudio de los artrópodos para tratar de entenderlos, la meta es que no haya más personas afectadas por paludismo”.
En ese sentido, desde hace algunos años la académica de la Facultad de Medicina y sus colegas analizan el ciclo de replicación al interior de los glóbulos rojos (el estudio de moléculas o proteínas relacionadas en ese proceso).
En una segunda instancia estudian el efecto del parásito Plasmodium berghei en el sistema inmune del mosquito y su desarrollo dentro del insecto, todo ello encaminado a encontrar estrategias para su eliminación a través del propio mosquito.
Este equipo ha colaborado con otros centros de investigación, como la Universidad de California, Irvine. El objetivo es generar organismos genéticamente modificados para interrumpir los ciclos de transmisión de la malaria y de otras enfermedades causadas por esos vectores, detalla.
Lorena González asevera que el progreso en el control del paludismo o malaria es alentador porque podríamos hablar de la eliminación completa de una parasitosis que ha matado, y lo sigue haciendo, a miles de personas en el mundo.
Primera vacuna aprobada
Reconoce que es un hito la vacuna contra la malaria aprobada recientemente por la OMS y la primera contra una enfermedad parasitaria; representa un gran avance para el mundo de la parasitología, fueron más de 30 años de investigación para obtenerla.
Precisa que la inmunización, más el uso de mosquiteros, la fumigación, el análisis y tratamiento de los pacientes, así como tomar medidas pertinentes en caso de viajar a zonas con mayor riesgo y realizar tratamientos preventivos con prescripción médica, deben ir de la mano para mayor éxito en su combate, sobre todo en las infancias.
Por otra parte, puntualiza que en diciembre de 2021 México firmó la iniciativa E-25, promovida por la OMS para que en 2025 se alcance su eliminación.