Por Rosa Lealde

Recientemente el Centro Médico Souraski de Tel Aviv, y el Centro Médico Carmel en Haifa, revelaron los resultados de un estudio que indica que pacientes con enfermedades autoinmunes inflamatorias reumáticas (AIIRD por sus siglas en Inglés) podrían tener mayor probabilidad de desarrollar Herpes Zóster o varicela zoster como efecto secundario a la vacuna contra COVID-19.

El estudio en cuestión fue realizado con 491 pacientes con AIIRD, de los cuales sólo 5 presentaron Herpes Zóster después de la primera dosis de vacuna, y 1 después de la segunda dosis.

“En este punto aún no podemos decir que la vacuna es la responsable, pero podemos decir que podría ser la causa en algunos pacientes”, comentó para The Jerusalem Post la doctora Victoria Furer, líder del equipo de investigación.

El Herpes Zóster o Varicela Zoster es un virus que según la Doctora Meghan May, docente del departamento de Ciencias biomédicas en la Universidad de Medicina de Nueva Inglaterra, “se queda en nuestro cuerpo después de haber tenido varicela, y que durante periodos de estrés es posible que se reactive” y provoque sarpullido, picor y piel enrojecida.

Actualmente no se ha comprobado que la vacuna contra el COVID-19 provoque Herpes de ningún tipo, pues los casos de Tel Aviv presentaban a personas vulnerables a la varicela, y que por el estrés de recibir la vacuna pudieron haber reactivado el sarpullido; sin embargo es algo que los científicos continuarán observando e invitan a la población a recibir la vacuna.

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