• Este aumento en consumo y producción podría traer consecuencias graves por años.

Por Rosa Lealde

Durante la pandemia por COVID-19, el consumo de drogas y el cultivo ilícito de opio fue en aumento, y según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esto podría tener repercusiones graves durante años.

El principal país productor de opio a nivel mundial, Afganistán, registró un aumento del 37% de superficie de tierra para cultivo de opio, puesto que fue la salida más rápida a la crisis económica para desempleados y estudiantes en el país.

Debido a que la pandemia aumentó también las desigualdades, economía y salud mental de la población mundial, el consumo de drogas se disparó; un estimado de 275 millones de personas consumieron algún tipo de droga el año pasado, mientras que en 2018 sólo 269 millones consumían.

De acuerdo al informe anual de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la mayoría de los países registraron un aumento en el consumo de cannabis por parte de los jóvenes, el uso no médico de fármacos y la cocaína como reemplazo a la vida nocturna.

Asimismo, destacó el uso de métodos innovadores para la entrega y compra de droga, pues ante la pandemia, estos negocios también se han mudado a la comodidad del internet y realizan entregas vía paquetería o drones.

Finalmente, la ONUDD destacó que para combatir este creciente mal, los gobiernos deben invertir en solucionar los problemas que causan factores para incitar el consumo de drogas, tales como el desempleo y la incertidumbre laboral y económica.

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