Por Zuleyka Franco

Los patrones de conducta son las ideas, creencias y opiniones que están en nuestro subconsciente. Es todo aquello que vamos aprendiendo poco a poco de nuestra familia, su forma de ver el mundo, sus experiencias… que van conformando nuestra personalidad hasta llegar a la edad adulta.

Desde nuestro nacimiento hasta los siete años somos como esponjas, absorbemos las palabras, los comportamientos, experiencias de nuestros padres, hermanos y todas las personas que nos rodean. Cuando llegamos a la edad adulta vemos el mundo según todo lo aprendido, tenemos nuestro propio mapa, que reside en nuestro subconsciente y que es distinto al de todas las demás personas. Tomamos todas las decisiones en base a todos estos datos. Nuestros actos también son el resultado de todos estos patrones aprendidos. Por tanto nuestra vida gira en torno a estos patrones de conducta.

Por otra parte, con base a las experiencias que vivimos también vamos generando nuevas creencias y nuevas formas de comportarnos, aunque siempre se van adaptando a aquello que aprendimos en nuestra infancia principalmente.

¿Cómo nos afecta en nuestra vida cotidiana?

Nos afecta en todas y cada una de las áreas de nuestra vida. Por poner un ejemplo: si tu padre constantemente te ha dicho que no hay dinero para esto o para aquello, que no puede, que el dinero no se coge en los árboles. Tus patrones de conducta estarán asociados a la escasez, y es probable que vivas en ella toda tu vida. Si vives en un hogar con violencia, y tú eres la victima de esa violencia, aprendes ese patrón, aprendes a ser una víctima y repites ese patrón constantemente, por lo que serás una víctima en las relaciones que vivas más adelante.

¿Se pueden identificar y cambiar los patrones de conducta? La buena noticia es que SI, se pueden identificar y cambiar.

La repetición de patrones tóxicos

Muchos tienden a elegir parejas con las que construyen y repiten vínculos inestables, perturbadores, destructivos o patológicos. ¿Por qué no impiden la experiencia dolorosa y el aprendizaje que vuelvan a emerger las mismas configuraciones de relación? ¿por qué de nuevo atraídos por mismos rasgos de personalidad? ¿por qué con personas diferentes se repiten los mismos círculos viciosos?

Gran parte de la dinámica de las motivaciones y deseos que nos impulsan a preferir a alguien, son procesos inconscientes y que no dependen de decisiones racionales. Los enlaces que llevan a una persona a preferir magnéticamente a otra parten de la propia estructura psicológica y de sus experiencias biográficas. De hecho, los potenciales conflictos que destruyen las relaciones, tienen su origen ya en la elección mutua.

Sanación

Me gustaría invitar a la reflexión de qué aspectos puedan estar enganchando a relaciones tóxicas. Qué motivaciones pueden haber detrás de dichos patrones. No es mi intención hurgar gratuitamente en cicatrices ni memorias dolorosas, pero sí convidar a un aprendizaje personal que permita una mejor elección de pareja, para mejorar aspectos dentro de una relación ya establecida, así como las actitudes que tomamos con nuestros hijos y personas que hasta cierto punto, dependen emocionalmente de nosotros.

Está en nuestras manos la decisión de con quién compartimos nuestra vida y cómo lo hacemos. De ahí la importancia de dar un “primer paso” y reconocer la implicación psicológica propia.

Tras una apropiada exploración, que permita una reflexión sobre las experiencias vividas y una comprensión que ofrezca una coherencia, es especialmente importante tener una oportunidad de vincularse, actuar o pensar de una forma distinta dentro de una relación significativa como una relación de apego seguro o una relación terapéutica, que permiten una experiencia reparadora y de regulación emocional, ya que es la única forma de imprimir experiencias emocionales correctoras en la memoria implícita.

El azar sigue actuando en la vida y existen nuevas oportunidades de establecer distintos vínculos, pero desde luego la atracción es mucho mayor hacia esos vínculos inadecuados, y no es una solución saltar de relación en relación manteniendo el mismo lastre. En cada relación se abre una ventana hacia el pasado, a lo experimentado en las relaciones a lo largo de la vida. Se reviven y despiertan deseos y angustias, pero se brinda la posibilidad de sanar, de realizar lo nunca vivido en un vínculo, de construir mutuamente lo íntimamente anhelado.

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