Mala hidratación, el consumo excesivo de sodio y las dietas desequilibradas están detrás del aumento de casos de esta dolorosa condición
Guadalajara, Jal.– Los cálculos renales, también conocidos como piedras en los riñones, representan una creciente preocupación de salud pública a nivel global. De acuerdo con expertos en urología, 1 de cada 10 personas desarrollará un cálculo renal a lo largo de su vida, lo que equivale a más de 800 millones de personas en el mundo que enfrentarán esta condición en algún momento.
En México, los hábitos alimenticios caracterizados por un alto consumo de sodio, proteínas animales y la deshidratación crónica, sumados al estrés cotidiano, están contribuyendo significativamente al aumento de casos. Los hombres de entre 40 y 50 años son los más propensos a padecer esta enfermedad, aunque puede afectar a cualquier persona, sin importar su edad o género.
¿Qué Son los Cálculos Renales?
Según el Dr. Omar Hernández, especialista en urología y vocero de PiSA Farmacéutica, los cálculos renales son:
“Masas duras que se forman a partir de cristales de compuestos presentes en la orina, como calcio u oxalato. Pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta piedras tan grandes como una pelota de golf, y en casos graves pueden bloquear el flujo de orina, provocando dolor intenso y otros síntomas debilitantes.”
Estos cálculos pueden ubicarse en los riñones o en el uréter, y sus efectos van desde molestias leves hasta complicaciones severas que requieren cirugía.
Síntomas de Alerta
Los cálculos renales pueden manifestarse con:
- Dolor agudo e intenso en la parte baja de la espalda, abdomen o ingle.
- Sangre en la orina (hematuria).
- Náuseas y vómitos.
- Fiebre y escalofríos, en casos de infección asociada.
Ante la presencia de estos síntomas, se recomienda acudir de inmediato al médico, ya que la automedicación podría agravar la situación.
¿Por Qué Se Forman?
El Dr. Hernández explica que la formación de cálculos está vinculada a factores como:
- Deshidratación crónica: una menor producción de orina facilita la acumulación de minerales que forman piedras.
- Dieta rica en sodio, proteínas animales y azúcares.
- Enfermedades preexistentes: diabetes, obesidad y trastornos genéticos.
- Antecedentes familiares: las personas con familiares que han tenido cálculos tienen mayor riesgo.
Además, quienes ya han padecido esta condición tienen una mayor probabilidad de desarrollarla nuevamente.
Un Problema de Salud Pública y Acceso Inequitativo
A pesar de la alta prevalencia de esta enfermedad, el acceso a tratamientos especializados presenta inequidades significativas en diversas regiones de México, afectando principalmente a las poblaciones con menores ingresos.
“Es alarmante que, a pesar de su frecuencia, muchas personas no reciban el tratamiento adecuado debido a la falta de acceso a servicios de salud especializados. La prevención y la atención oportuna son claves para evitar complicaciones”, señaló el Dr. Hernández.
Prevención: La Mejor Estrategia
Aunque los cálculos renales pueden formarse en cualquier persona, adoptar hábitos saludables puede reducir significativamente el riesgo:
- Incrementar el consumo de agua: mantener una buena hidratación es fundamental.
- Llevar una dieta balanceada, baja en sodio y rica en frutas y verduras.
- Evitar el exceso de proteínas animales y azúcares refinados.
- Realizar actividad física para mantener un peso saludable.
Importancia del Diagnóstico Temprano
El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son esenciales para evitar complicaciones graves, como infecciones urinarias recurrentes o daño renal irreversible.
“Es fundamental que las personas que sospechen la presencia de cálculos renales consulten a su médico para recibir un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado. La automedicación puede ser peligrosa y agravar la condición. Solo un profesional de la salud puede indicar las mejores estrategias para el manejo y la prevención de esta afección”, concluyó el Dr. Omar Hernández.
¿Cuándo Acudir al Médico?
Se debe buscar atención médica de inmediato si se presentan:
- Dolor intenso e incontrolable.
- Sangre en la orina.
- Fiebre, escalofríos o vómitos persistentes.
- Dificultad para orinar o ausencia total de orina.