Por Socorro Valdez Guerrero

Un ¡Acuérdate de Acapulco!, que se transformó de anuncio promocional a clamor social por catástrofe y ¡Olvido!
Grito de angustia por un gobierno estatal y federal ¡Negligentes!
¡Acuérdate de Acapulco!, lema, que hace dos semanas era para promocionar un espectáculo de siete días, se convirtió en lamento frente al descuido y silencio por la tragedia, la destrucción y muerte que causó “Otis”.
Un huracán, que sepultó también el XVII Festival a Internacional “La Noa”, que haría brillar al puerto, hoy en ruinas por la naturaleza.

¡Acuérdate de Acapulco! Hace dos semanas era frase de anuncio para recordar una festividad, mezcla de culturas, folclore mexicano y exposiciones fotográficas, que se dio a conocer en la Ciudad de México.
¡Acuérdate de Acapulco! Hoy es exigencia ante la indolencia gubernamental hacia un pueblo lastimado por la naturaleza.
¡Acuérdate de Acapulco! Ayer sirvió de gozo, alegría y orgullo para anunciar el impulso a 250 años de intercambio cultural en ese puerto.
Hoy, ¡Acuérdate de Acapulco!, lema que retumbó con pesar en las calles del Centro de la Ciudad de México y que llegó hasta Palacio Nacional.
Ayer, frase de conferencia de prensa, con la presencia de la presidenta municipal de ese puerto, Abelina López Rodríguez, Zhany Run, embajador de China en México, y otros funcionarios.
¡Acuérdate de Acapulco! Que no volvió a ser igual después de Otis, porque ahora se lo recordaron al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que no olvide ni abandone a quienes lo necesitan para levantarse de escombros y sepultar muertos.
¡Acuérdate de Acapulco! Retumbó con alegría hace dos semanas en el Palacio de Bellas Artes, que encabeza Lucina Jiménez Lopez.
¡Acuérdate de Acapulco! Envolvió la frase con bellas imágenes y un espectáculo de alegría.
Después, ¡acuérdate de Acapulco! De enojo, de rabia y grito desesperado de esa caravana que llegó al mismo recinto antes abierto a su cultura, hoy cerrado a su manifestación.
Un palacio de artes, que se abrió para el anuncio de ese festival, y se cerró a para inmovilizarlos ante su protesta.
Fue el ¡Acuérdate de Acapulco! Y el ¡Acapulco,
Acapulco! De protesta por olvido presidencial.
Fue la muestra de acapulqueños que vinieron a que los ¡Escuchen! A dejar su sentencia: ¡No somos su burla!
A advertir con rabia:
¡Bloquearemos avenidas!, porque ¡Acuérdate de Acapulco!, no da un paso atrás.

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