Por Zuleyka Franco

El cumpleaños es el aniversario del nacimiento de una persona. Se trata de un acontecimiento que por lo tanto, tiene lugar una vez al año y que suele celebrarse con una fiesta.

Pero el festejo del cumpleaños también tiene un lado profundo, que excede los coloridos y ruidosos límites de una fiesta con banquete. ¿Por qué necesitamos que se nos homenajeen cada año en la fecha de nuestro nacimiento? ¿Merecemos tal felicitación? Hay muchas personas que aprovechan el cumpleaños para realizar una especie de autoevaluación, un recorrido por los logros y los fracasos de los últimos doce meses, para intentar mejorar en el período siguiente. Además de que para muchos más,  no es sino  una excusa (a veces no deseada) de reunirse con un grupo de personas y recibir regalos materiales.

Sin duda el cumplir años siempre trae consigo diferentes sucesos. Si nos ponemos a averiguar, dentro de la Numerología como la Astrología, coinciden en que dependiendo la edad que cumplamos es la magnitud de madurez, espiritualidad, pero también desapego con el que deberíamos comenzar el nuevo ciclo, pero no les ha pasado todo lo contrario?.

Tal vez al darnos cuenta que los años han pasado más rápido de lo que cualquiera de nosotros hubiéramos podido pensar en algún momento, también comenzamos a hacernos todas las preguntas del mundo… ¿Qué he logrado?  ¿He cuidado mi salud lo suficiente? ¿Por qué estoy solo/sola? ¿He disfrutado mi vida?… o tal vez simplemente afirmemos cosas que nos han dado vuelta en la cabeza los últimos meses; He vivido para trabajar, He dejado a un lado mi vida personal, etc.

Lo cierto es que éste evento más allá de las preguntas, dudas y la pequeña crisis que muchos de nosotros podemos identificar días antes o días después de nuestro cumpleaños derivado de nuestro inconsciente diciéndonos, avisándonos o preparándonos para el cambio de un ciclo, que no sabemos lo que traerá consigo y que por obvias razones, el miedo a lo desconocido que la mayoría de las personas experimentamos por un tema de supervivencia, está presente y que es totalmente normal.

Los números son energía y al tener un cambio de ellos (a veces totalmente radical) en nuestra historia de vida a través de todo un año, suele ser difícil por el significado de uno y en ocasiones de los dos al mismo tiempo. Así que por supuesto que el sentirnos raros, desencajados muchas veces, con dudas, con nostalgia, inquietos, con sentimientos encontrados o con una felicidad desbordada, es más normal de lo que creemos. A veces lo pudiéramos notar como si fuera una fricción entre nuestra vida y nosotros mismos, pero no es así.  

La buena noticia es que, a partir de cierta edad, esa fricción se va sintiendo mucho menos, la expresión de muchos de tus amigos “Ya cincuentaaa?” al decir la edad que cumplirás por ponerlo como ejemplo, te va pegando menos, el rubor en tu rostro va bajando de nivel año con año, la risa en tu boca va pasando de fingida a una naturalmente auténtica, y al número que acabas de decirles ya le has tomado el rico saborcito del gozo, tanto que ya lo dices con gusto.

Y es ahí donde todas las preguntas que hicimos al principio cobran sentido:  ¿Por qué necesitamos que se nos homenajeen cada año en la fecha de nuestro nacimiento? NO lo necesitamos, pero lo disfrutamos, ¿Merecemos tal felicitación? Tal vez no, depende la perspectiva de quién lo pregunte, pero yo diría que SI, que todos merecemos que la gente que te aprecia y te ama te diga cosas bonitas y por qué no, reunidas en un mismo evento.

Honrar la edad que dejamos atrás con agradecimiento y consciencia es la mejor oportunidad que tenemos para abrirnos a un nuevo ciclo, a una nueva edad.  Con una visión optimista pero realista de lo que somos, de lo que no somos pero que todavía podemos llegar a ser.

Abrirte a la posibilidad que trae consigo esta nueva etapa y a todo lo que tiene por ofrecerte desde la confianza primero en ti mismo, porque sabes quién eres, y después la confianza en los demás, porque sabes que a raíz de todas las experiencias buenas y no tan buenas que te han dejado los años que estás dejando atrás, una de las satisfacciones es saber que ésos que han permanecido a tu lado, son los mejores para tu crecimiento personal, son los que tienen que estar.

Así que claro que celebremos el aniversario de nuestro nacimiento, porque somos únicos y jamás nadie podrá ser idéntico a nosotros, celebremos que tenemos una identidad propia, una fecha de nacimiento, un nombre y apellido, celebremos la vida y reconozcámonos, celebremos y agradezcamos la oportunidad de comenzar cada mañana, de ver un lindo amanecer y por qué no? de no querer salir de la cama, de sentir el calor de la persona que amamos a un costado, celebremos la salud de nuestros hijos, de nuestra familia, la propia; disfrutemos una taza de café caliente, disfrutemos vestirnos de color verde, celebremos que podemos llamarle a alguien “amigo”, celebremos si tenemos un perro porque en él encontrarás el más puro significado de la palabra lealtad, disfrutemos acurrucarnos a ver la tele con nuestra madre si aún la tenemos, disfrutemos la tecnología que nos acerca más con los que tenemos lejos y nos permite compartir en masas sabiduría y aprendizajes, disfrutemos decir “te amo” o no y guardarlo para alguien especial, celebremos la vida señores, porque ahora más que nunca sabemos lo que nos hemos perdido cuando no decimos o hacemos.

La vida es un suspiro, inhalemos experiencias, momentos, personas, emociones y sentimientos, para que al apagar las velas en ese pastel de cumpleaños, soplemos alegrías, agradecimientos, aprendizajes, y un montón de satisfacciones….

¡Celebremos!

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