Cómo Funciona

Por Zuleyka Franco

Sabías que la “infancia” tiene un gran impacto en el poder de “Seducción” de los adultos? La formidable eficacia de las estrategias de seducción infantiles, es sin duda el origen de cómo llegaremos a ser adultos seductores.

Sabemos que algunas personas son increíblemente bellas, agraciadas físicamente al grado de ganarse un adjetivo relacionado a la belleza y hasta de hermosura, sin embargo, muchas de ellas, a pesar de su belleza física, pueden pasar desapercibidas ante un gran grupo de personas.  La pregunta es por qué siendo tan bellas o tan guapos, no llaman la atención, y la respuesta es muy simple, no tienen un verdadero “Poder de Seducción”.

Si nos fijamos bien, cuando una persona llama tanto la atención que al entrar en algún lugar hace que todas las miradas (o por lo menos es muy notorio q así sea) volteen hacia él o ella, no es otra cosa que una “Personalidad” arrolladora y no tiene que ser ni la más bonita ni el más guapo, simplemente  su energía, su vibra, su personalidad  y un no sé qué (lo tomaremos como un plus), hace que algunos volteen su mirada a su paso, pero, qué hay detrás de esa personalidad?

A lo largo de la historia, ha habido tanto hombres como mujeres, que no necesariamente han sido portadores de una belleza física, no obstante, han tenido en sus manos el poder de decisión, simplemente por ese poder de seducción.

Los niños más considerados o valorados en sus entornos, son niños que han recibido una educación en donde se les incita a “amar”. Cuando un niño comete un acto de agresividad y se le señala como “que malo eres”, será siempre menos eficaz que si le dijeran “mira como lo has hecho sentir”, orientándolo a las emociones de la otra persona.  De esta manera, los padres hacen que el niño integre la “empatía” y se adapte más fácilmente a las situaciones que afrontará en su vida.  Así, en su vida adulta este niño tendrá más en cuenta los deseos reales de sus interlocutores, sabiendo qué es lo que está sintiendo o pensando en determinada situación, llevándolo a reaccionar de la manera que el otro quisiera. Las personas más seductoras, son las que tienen la capacidad de leer las emociones de sus interlocutores y demuestran una buena capacidad de adaptación.

Dicen que el “Hemisferio Derecho” es el hemisferio de las emociones y el responsable de la empatía en las relaciones interpersonales, sin embargo, no hay que darle todo el crédito, ya que el “Hemisferio Izquierdo”, hace lo suyo.  Al ver a una persona a la que estimamos, sus rasgos son reconocidos por un módulo del hemisferio izquierdo y sus expresiones por el hemisferio derecho, gran parte de todo lo demás lo hace el derecho, pero no quitemos mérito al hemisferio izquierdo, ya que sin el reconocimiento, no podríamos seguir con el proceso correcto.

Sabías que pasamos más tiempo mirando la parte izquierda de un rostro que la derecha? Esto se debe a que nuestra parte izquierda del rostro es más emotiva además de tener más movilidad.  Nuestro hemisferio izquierdo es el hemisferio del “Control”, así que cuando nos ponemos en estado, enseñaremos más nuestro lado derecho, para no soltar ni dar a conocer nuestras emociones al mostrar el izquierdo.

Cuando una persona entra en un estado de “Seducción”, haremos contacto con nuestro ojo izquierdo al ojo izquierdo de la otra persona… Este es un estado de seducción muy inconsciente que aparece en cualquier  situación cara a cara. También es una forma de demostrar que nos interesa algo y si queremos crear un ambiente dulce, inclinaremos la cabeza también hacia la izquierda.  Los hombres y mujeres seductores, son más sensibles a las emociones que la media de los seres humanos, así que serán personas que fijen directamente la mirada en el ojo izquierdo de sus interlocutores para traducir mejor las emociones sin pensarlo siquiera, y sin reflexionarlo abrirán un canal realmente directo con las personas que les interesan.

Nuestro cerebro está muy bien equipado y puede descifrar o leer las emociones de nuestros interlocutores  en un tiempo récord.  Percibe imágenes cuya duración de proyección en una pantalla sería de entre 10 a 50 milésimas de segundo. Nuestro cerebro es capaz de percibir a nivel inconsciente, imágenes casi 40 veces más fugaces que las emitidas por un video que funcione a la velocidad de 24 imágenes por segundo.  Así logramos captar gesticulaciones, emociones y expresiones, más rápido que las que somos capaces de controlar.

Seducir significa “interesarse”, es un proceso de armonización. Seducir a alguien es “llegar” a él o ella sin tener que tocarlo.  Sin embargo, las personas seductoras tuvieron que haber derribado barreras mentales antes, como las relacionadas con la efectividad, con la crítica y con la ética.  Los hombres y mujeres seductores, despiertan deseos sin quererlo; inconscientes.

Belleza no significa seducción. Abre puertas pero se cierran cuando no hay nada más que ofrecer ante los demás. Los criterios de belleza son menos universales de lo que creemos. Se programan en forma diferente para cada uno de nosotros y nuestro concepto de belleza será una media a partir de los rostros que hemos registrado a lo largo de nuestra primera infancia.

Lo que sí es un hecho es que nuestro rostro traduce la verdad desnuda de nuestros deseos, los mensajes subliminales inscritos en nuestras mímicas lo dicen todo.  Nuestras actitudes se desnudan tras las retinas de nuestros ojos, modificamos la química de nuestro cerebro, se adaptan a los mensajes recibidos y se contestan inconscientemente a estos.  Es así como nuestra gestualidad es nuestra “Firma Psicológica”. El gesto es lo que aporta un verdadero significado a nuestro discurso.

Así que después de conocer algunas características de la persona seductora, tú cómo te consideras, eres una persona seductora? O sólo te dejas seducir.

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