El Karma cumplió su función para traer las veces necesarias a reparar las lecciones no aprendidas. En adelante la ley será cumplida con el Dharma. Ésta es la séptima ley universal de bondad y paz. Son leyes del corazón, no de la mente. Es muy importante comprenderlas e integrarlas para evolucionar y expandir la consciencia. Ahora No se debe. Con lo acumulado y ganado, se vendrá en plena Unión y Comunión a expandir la Luz propia.
El Dharma es una palabra sánscrita que significa “propósito en la vida”.
Cada uno de nosotros tiene un talento único y una única manera de expresarlo. También unas necesidades únicas. Cuando estas necesidades se unen con la expresión creativa de nuestro talento, se produce la chispa que crea la abundancia. El expresar nuestros talentos para satisfacer necesidades CREA RIQUEZA Y ABUNDANCIA SIN LIMITES.
“TODO PARA TODOS Y ENTRE TODOS”.
La Ley del Dharma tiene tres componentes:
El primero es la CERTEZA de que cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, su yo espiritual.- No somos seres humanos que pueden tener experiencias espirituales, sino por el contrario “Somos Seres Espirituales” que ocasionalmente tienen experiencias humanas. El campo de la potencialidad pura no es otra cosa que la Divinidad en su esencia. La Divinidad adopta la forma humana para cumplir un propósito.
El segundo componente es LA EXPRESIÓN DE NUESTRO TALENTO ÚNICO, cada uno de nosotros lo tiene, incluso más de uno. Eso quiere decir que hay algo que podemos hacer y una manera de hacerlo (la nuestra). Que es mejor que la de cualquier otra persona en este planeta. Cuando estamos conectados con esa actividad (Que es nuestra expresión mejor) hasta el tiempo deja de existir.
El tercer componente: es el SERVICIO A LA HUMANIDAD, cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento de único con el servicio a la humanidad, estamos ejerciendo a pleno el propósito de la vida. La pregunta correcta es ¿Cómo puedo Ayudar? Y NUNCA ¿Qué gano yo con todo esto? entonces utilizaremos nuestros talentos únicos para atender a las necesidades de nuestro prójimo. De ésta forma también se atiende a las propias.
Todo el mundo tiene un propósito en la vida… un Don único o talento especial para ofrecer a los demás. Y cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás, experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, que es la meta última de todas las metas.
Un abrazo
Alex González