TRASCENDER
(A los prontos a partir y enfermos)
Las semillas de Luz que se han plantado encuentran su lugar y ahora echan raíces.
En todo el planeta, la convergencia de Luz fluye en círculos concéntricos cada vez más amplios y entra en el núcleo del planeta.
Aquellos que están sirviendo como transductores de los flujos de energía cósmica comienzan a brillar en su luminosidad radiante.
Muchos ahora están saliendo del planeta de acuerdo con la planificación de sus almas. A medida que lo hacen, su Luz deja Luminosos hilos de fina gasa detrás de ellos para permanecer y añadir fuerza a la red de la vida sobre la superficie del planeta.
Con su último aliento, dejan la huella de su impacto sobre sus seres queridos que son enriquecidos por las memorias que los sustentarán.
Desde el otro lado del velo, se detienen y dan gracias por la gran oportunidad con que han sido bendecidos por vivir la vida en la Tierra.
Ellos se cuentan a sí mismos como los afortunados que se les dio este regalo de la experiencia con el fin de que sus almas pudieran acelerar su evolución al condolecerse a sí mismos por los retos que se les presentaron.
Sepan esto, no hay almas que sientan amargura cuando cruzan al otro lado. En sus corazones ellos mantienen un profundo agradecimiento por cada experiencia que ganó su alma, las cualidades divinas que tanto habían anhelado.
En todos los universos, no hay planeta que puede proporcionar tanto crecimiento acelerado en tan corto espacio de tiempo. Especialmente a los enfermos.
En todos los mundos que existen, la Tierra es el planeta más codiciado por la magia y maravilla, en medio de la inmensa riqueza de la experiencia.
Esto, por lo general, no se aprecia ni se piensa cuando se está en su cuerpo humano, pero siempre se reconoce profundamente cuando el alma departe. Valórenlo.
En su vida sobre el planeta, la humanidad teme la experiencia de la muerte de su cuerpo humano.
Cuando el alma abandona y descarta su vehículo humano, retorna una gran libertad y el alma se reencuentra con la totalidad de su Ser superior.
Esto da lugar a una gran alegría y euforia. Se producen reuniones con sus seres queridos que dejaron la Tierra antes que ellos y su alegría no conoce límites.
Ellos se reúnen con las almas que jugaron los papeles de sus mascotas, y saben de manera inequívoca que la vida no cesa, simplemente cambia de forma.
La ligereza de su nuevo cuerpo les trae deleite y celebración constante. Es un tiempo de regocijo.
No hay nada que temer…
Un abrazo
Alex González