Primero Editores / Ingrid Ahumada

Metepec, México.- La pandemia por COVID-19 truncó su sueño americano cuando estaba más cerca de lograrlo y elementos de la policía federal, estatal y municipal lo hundieron más, pues el hostigamiento de su parte lo obligó a darles el poco dinero que había ahorrado trabajando.

Leopoldo Sarmiento, de 42 años de edad, salió hace dos años de El Salvador con la esperanza de una vida mejor y dejar atrás la inseguridad y los conflictos en su país, no obstante, cuando más cerca estaba de llegar a la frontera estadounidense venció un documento que le permitía permanecer por un año en México y antes de ser deportado regreso a la entidad mexiquense donde lo había ayudado Armando Vilchis, fundador del albergue Hermanos en el Camino, pero la pandemia frenó los trámites y el gobierno federal le negó la renovación del documento.

El trayecto para una persona que emigra de su país o tierra natal no es sencillo, mucho menos si lo hacen para alejarse de condiciones inseguras y caen en otras similares, en su caso el resultado de su paso por la entidad mexiquense fue un brazo fracturado, luego de un robo a su llegada en Texcoco.

Aunque llegar al albergue le dió esperanza, sobre todo ante la solidaridad de don Armando y el apoyó que le brindó, se encontró con elementos policiacos que lo hostigaban, amenazaban y golpeaban, quienes le han quitado en varias ocasiones el poco dinero que gana vendiendo pulseras y atrapasueños que él mismo elabora.

“Los policías son bien abusadores, los asaltantes igual, ya hasta saben los lugares por donde uno transita y lo peor no es solo que te roben lo poquito que ganas, sino la violencia con que lo hacen incluso los que se supone que te deben cuidar”.

En su trayecto ha sido detenido tres veces en centros del Instituto Nacional de Migración (INM), en donde le han robado hasta el celular, aunque -dijo- pese a ello, estas condiciones son mejores que las de su país donde las pandillas no dan tregua a los ciudadanos.

Al ser cuestionado sobre las formas en que tratan a las personas indocumentadas en los centros de migración estadounidenses, pues llegar a ese país es el sueño que espera cumplir, dijo desconocer casos turbios como los que salen en las noticias, no obstante, tampoco dudo de su existencia, ya que dijo, la migración es un camuflaje constante, pues no son de ningún lugar, las personas los rechazan y los hacen menos todo el tiempo.

Ante lo anterior y con el fin de no regresar a su país, aseguró que seguirá luchando por cumplir su sueño americano, por salir adelante, lograr permanecer y trabajar otro tiempo en México, antes de buscar pasar a Estados Unidos.

Comentarios

Comentarios