Por Socorro Valdez Guerrero

Encuentros constantes de vida, como luna y sol, que ¡Eclipsan! Para sobreponerse. ¡Eclipse! Cotidiano en todos los rincones, que divide y encona.

No un ¡Eclipse! Que ya sorprenda como aquellos, que al menos, se dan una vez al año en el mundo.
Son desencuentros constantes, muchas veces cargados de odio y violencia que eclipsan socialmente.

Sólo igual que aquel, cuando la luna se interpone en el camino de la luz del sol y proyecta sombra en la Tierra.

Aquí es la sombra amenazante que sobrepone frustraciones y tapa ¡Éxitos!

Que cubre a uno para anteponerse al otro.
Sin fusión de brillo conjunto con obscuridad total y plena que genera penumbra.

¡Eclipse! De vida diaria, que no sorprende, porque siempre existe quien obscurece con ruindad el brillo de otro.

Eclipse de persona que opaca con su traición.
Diario eclipsar de relaciones personales, laborales, familiares, sociales, de pareja y sobre todo de política.

Encuentros ¡Eclipsados! Que dividen y tapan a uno para anteponer al otro.

Eclipse laboral, donde uno cubre con su obscuridad de intrigas para imponerse, bloquear e impedir el brillo en equipo.

¿Por qué el asombro? De un eclipse cuando cotidiano es la sombra de uno para opacar al otro. Cuando uno provoca ocultación total o parcial, que afecta a diario.

Eclipse de uno, que no acepta el resplandor del otro y se interpone hasta por desmedida ambición.

Eclipse de envidias, traiciones y mezquindad.
Eclipse de actitudes que nublan para no dejar ver a cada uno en su inmensidad.

Que se interpone para imponer su opaca luz y bloquea para dejar al otro en la obscuridad.

Que hasta usa lo nublado para imponer y evidenciar que ni su propia luz deja salir, porque en realidad es ¡Obscuridad!

Eclipse de vida tan lastimera de quienes en su mediocre actitud no observan que ambos pueden ser luz.

Brillo, que se frena y que antepone la tempestades del otro.

¡Eclipse! De ambos, que no son obscuridad total ni brillo pleno. Que no son ni complemento de ambiente. Que convulsionan y provocan ¡Eclipse! que daña y altera, que ciega.

Eclipse, que mueve sentires, modifica ánimos y desestabiliza.

Oh, que pena de aquellos que eclipsan y obscurecen sus propios ambientes.
Que destruyen su alrededor para generar obscuridad cuando pueden ser complemento de luz.

Sol que embelese a la luna, cada uno con su brillo.

Que lamentable sociedad que ¡Eclipsa! Con arrogancia y soberbia, mero disfraz del mediocre.
Ese que quiere ser sol, y ni luna puede ser, porque sólo llega a obscuridad.

Aquel que quiere ser luna y jamás brillará como sol.

Envidia que ¡Eclipsa! Deslealtades y divide.
Sol y luna, que como la vida, a veces sólo medio cubre miedos y frustración, muestra real que ¡Eclipsan! Vileza de gran pequeñez.

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