Primero Editores / Ingrid Ahumada
San Mateo Atenco, México.- Tras las fuertes lluvias de los días recientes, la tarde de este miércoles San Mateo Atenco se inundó de nuevo, no obstante, la administración advirtió que los niveles del bordo del Río Lerma en su colindancia con el municipio, se encuentran en su máxima capacidad, por lo que de seguir las fuertes precipitaciones pluviales, existe el riesgo de desbordarse.
En San Mateo Atenco este tipo de inundaciones siempre afecta varias casas y comercios, en esta ocasión la inundación registrada dejó, 60 viviendas y 50 negocios comerciales con afectaciones por anegación de agua en su interior, pero la situación que es recurrente ya canso a los habitantes como don Andrés Osorio, quien nació y creció en el Barrio de San Pedro y asegura que no descansa por estar esperando la llegada de agua que intenta entrar o salir de las coladeras de su hogar.
En 20 años, dijo, ha visto pasar alcaldes que pese a que han “intentado” hacer algo por la situación ninguna acción ha sido suficiente, pues “nadie se preocupa por prevenir, sino por sacar el agua más rápido una vez que ya estamos inundados”.
Señaló que, está situación le sale más cara a los vecinos que se sitúan a la entrada de la zona comercial del municipio, pues es la más recurrente en esta situación y para evitar mayores afectaciones desembolsan fuertes cantidades de dinero para realizar modificaciones en sus hogares como subir bardas y pisos con el fin de evitar la entrada de agua cuando se inunda el municipio, además, entre los vecinos cooperan para comprar camiones con tierra que colocan en las calles como barrera.
“Desde hace 20 años es la misma situación, aquí la única opción que encontramos es subir los pisos de nuestros hogares para no inundarnos, pero parece que el agua va subiendo conforme hacemos algo para evitarlo”, señaló.
Finalmente, Andrés Osorio, jubilado de 70 años de edad, recordó que hace escasos tres años, el agua en su hogar rebasó los 30 centímetros de altura, afectando electrodomésticos y muebles, indicó que la situación era tal que militares apoyaron a los vecinos a realizar labores de limpieza, pues “el olor de aguas negras parecía estar impregnado en las paredes”, en esa misma ocasión -contó- el alcalde Julio César Serrano, visitó su calle y se comprometió a enviar apoyo e incluso una despensa, misma que siguen esperando.
“Estamos en plena pandemia y nos salvamos del virus pero estamos sumergidos en aguas negras que inundan nuestros hogares”, comentó.