Texcoco, Méx.- Ejercer una buena salud sexual es parte de tener autocuidado y el empoderamiento que nos permita tomar decisiones informadas que pueden tener un impacto positivo en nuestra salud y nuestra vida, destacó Fátima Alitzel Téllez Colín, miembro de la Red de Divulgadores de la Cultura y la Ciencia “José Antonio Álzate” de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), al impartir la charla “Si te quiere, se cuida y te cuida”, en el Plantel Texcoco de la Escuela Preparatoria.
Acompañada de la directora general de Comunicación Universitaria, Ginarely Valencia Alcántara, la encargada del despacho de la dirección del Plantel, Sofía Sandoval Trejo, y la alumna Lesly Linette González Moreno, Téllez Colín enfatizó que cuando se educa a las y los adolescentes sobre sexualidad se debe tener un enfoque positivo y respetuoso hacía el derecho de las personas de tener experiencias sexuales seguras y placenteras, libres de coacción, discriminación y violencia, ya que cuando una persona conoce bien sus derechos sexuales, su orientación, su erotismo y su proyecto de vida puede tomar decisiones acertadas.
En este sentido, explicó que una parte muy importante de un buen ejercicio de la salud sexual es la buena planificación familiar, la cual es un derecho de los seres humanos a decidir de manera libre y responsable el número de hijos que se quieren tener, así como el recibir información sobre el tema y los servicios de salud sobre ello como el acceso a métodos anticonceptivos, atención prenatal y durante la lactancia
“El desconocimiento y la falta de información sobre el buen ejercicio de la salud sexual puede tener consecuencias negativas a la salud y la vida de las adolescencias como embarazos no planeados y no deseados, enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluyendo VIH-Sida, el aumento de la morbilidad materna e infantil”, abundó.
Ante esta falta de información, Fátima Téllez apuntó que México ocupa el primer lugar en embarazos adolescentes a nivel mundial entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes entre 15 y 19 años de edad. De estos embarazos, uno de cuatro no fue planeado y esto se debe a que cada vez la edad promedio del inicio de la vida sexual activa en las adolescencias va a ser de los 15.5 años, por lo que entre menor es la edad en la que ocurre es menos probable que se utilice un método anticonceptivo.
En este sentido, explicó que las maternidades adolescentes y los neonatos pueden tener afectaciones en la salud que pueden poner en riesgo la vida de las madres y el desarrollo de la vida del bebé; además que también tiene consecuencias psicosociales, ya que altera el proyecto de vida y contribuye a la deserción escolar, el consumo de drogas y el ejercicio de la prostitución. Asimismo, las mujeres se enfrentan a estigmas y al rechazo de la sociedad por el simple hecho de estar embarazadas o ser madres en la adolescencia.
Finalmente, Fátima Téllez destacó que es necesario que las instituciones brinden educación sexual integral para tener una buena salud reproductiva, ya que muchas y muchos adolescentes comienzan su vida sexual antes de saber cómo evitar los embarazos no deseados y las ETS.
En este sentido, invitó al estudiantado a acudir al servicio de salud que les brinda la Autónoma mexiquense a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y a los Servicios Amigables para el Adolescente del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), en donde pueden recibir asesoría sobre sus derechos sexuales, salud sexual y métodos anticonceptivos, sin necesidad de que los acompañe un adulto.