Por Cristina Colmenares

  • Tiempo, esfuerzo y el 100% de sus capacidades es lo que Hugo Adrián Marín Tapia y Daniel Luna López ponen en su proyecto que busca abastecer la demanda de córnea para trasplante.

¿Te imaginas adaptar córneas de animales para que los humanos que requieran un trasplante de este tejido lo puedan usar?

Para empezar, la córnea es la capa externa del ojo, es curva, transparente y técnicamente actúa como el primer lente por el cual entra la luz a nuestro ojo.

El proyecto llamado Bifrost Biotechnologies es un proyecto 100% mexicano y realizado por estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma del Estado de México. Esta iniciativa busca adaptar, mediante diferentes procesos, las córneas de animales para uso humano. Muchas personas requieren un trasplante de córnea para no perder la vista, sin embargo, la demanda es alta y actualmente hay un déficit de este tejido.

Por ello, Hugo, Adrián y todo un equipo de científicos, tuvieron la iniciativa de no dejar solo en el papel su idea, sino que la han ejecutado. Ellos adaptan las córneas de animales, como del conejo, mediante un proceso quirúrgico para eliminar los componentes genéticos de la especie y obtener una matriz similar a la córnea humana, esto se logró al colocar células que correspondan al paciente y así evitar un proceso de rechazo.

Para lograr esto, primero se realiza un proceso químico, a través del cual la córnea del animal se opaca, para posteriormente hacer que recupere su transparencia y con ello sus funciones. Siembran células de la matriz corneal del paciente para que se cultive, incube y reproduzca el tejido.

Después, se hacen análisis citológicos y pruebas bioquímicas para cerciorarse de la eliminación total de componentes animales. Finalmente, se ejecutan las pruebas mecánicas y topográficas para saber la compatibilidad con el paciente y su funcionalidad.

Los jóvenes admiten que es un proyecto muy importante para la ciencia, sin embargo, necesitan acceso a laboratorios de cultivo y a la infraestructura adecuada.

“Se necesita infraestructura especializada la cual es cara. Es la principal obstrucción en México para hacer este tipo de investigación” señaló Adrián.

Hay un déficit económico que les impide ampliar el proyecto. A pesar de recibir apoyo por parte de la universidad, lo cierto es que se necesita de inversión, para que esto pueda aplicarse y extenderse a una escala más grande, así como de la participación de oftalmólogos que ayuden a verificar la utilidad del equipo tecnológico.

Sin duda es un proyecto que revoluciona completamente la medicina y la tecnología, además de brindar conocimiento nuevo y una esperanza para todas aquellas personas que necesitan un trasplante de córnea.

Los jóvenes universitarios esperan que su proyecto crezca porque tiene futuro.  

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