Ciudad de México.- “En noviembre de 2019 di una ponencia sobre inteligencia artificial (IA) en el Conalep de Zihuatanejo (Guerrero). Al terminar se acercaron unos jóvenes para pedirme una selfie. Me extrañó pues no me considero famoso, pero accedí. De pronto, uno de ellos me preguntó si conocía a Bill Gates y dije que no. Ahí me di cuenta de cómo me veían. Me volví hacia los organizadores y les pregunté: ‘¿Cuáles son sus mejores 20 estudiantes en tecnología?, los queremos capacitar’”, recuerda Daniel Martínez Macedo, emprendedor incubado en la UNAM y egresado de la Facultad de Ingeniería (FI).
Primero consideró donar ocho horas a dicha tarea; sin embargo, al platicar lo sucedido con personal del área de Educación en Microsoft México (empresa para la cual trabajó por casi tres años), le propusieron ir más allá y así surgió el programa MagIA Juvenil, que consiste en impartir cursos gratuitos a fin de acercar a individuos latinoamericanos (de entre 15 y 18 años y hablantes de español) a esta nueva tecnología. La iniciativa atrajo a más de seis mil jóvenes de 12 países.
“Esto permite que más personas tengan acceso a herramientas relacionadas con la IA y que no sean las empresas o corporativos con dinero quienes las acaparen. Es necesario difundir y democratizar este conocimiento, pues es común escuchar sobre esto, y no porque venga a reemplazar a la gente, sino porque optimizará los puestos de trabajo, es decir, quienes ocupen esos lugares serán quienes más sepan sobre dicha tecnología digital”, asevera el emprendedor.
Hoy, Martínez es el CEO de la empresa InteVolution, donde trabaja junto a Erik Villegas (CDO) e Iván Corona (CFO). Los tres son ingenieros en computación y fundadores de esta empresa incubada en la UNAM y precursora de la inteligencia artificial en Latinoamérica.
“InteVolution es resultado de habernos reinventado varias veces y de enfocarnos y especializarnos en IA, inteligencia de negocios (BI) y nube. Se constituyó en 2018, aunque desde 2016 trabajábamos estos temas. Desarrollamos plataformas y productos propios, además de ofrecer servicios de capacitación, consultoría, desarrollo y soporte especializado. Una de nuestras primeras apuestas fueron los asistentes virtuales inteligentes (AVI), los cuales desarrollamos antes de que aparecieran en otras empresas”, destaca.
También han desarrollado una AVI llamada InteBot, la cual –gracias a la IA– es capaz de ofrecer atención personalizada 24/7 mediante interacciones por texto o voz y que permite obtener, vía WhatsApp, sitios web o redes sociales, desde un comprobante de pago hasta el listado de las calificaciones de un estudiante. Además, en InteVolution se han generado modelos de inteligencia artificial que procesan llamadas, las convierten en textos y las analizan para identificar si el hablante se encuentra de buen humor o si se queja sobre algún tema en específico.
“La mayoría de nuestros clientes importantes –entre los que se cuentan el gobierno de Guanajuato, el Tec de Monterrey, Microsoft y la Embajada de EU en México– se encuentran fuera de la Ciudad de México. Una de las repercusiones de la pandemia por Covid-19 fue la transformación digital. Ello nos ha permitido tener reuniones virtuales frecuentes a fin de acordar puntos importantes. Al pedir opinión a nuestros clientes sobre los servicios que ofertamos nos han comentado que somos los únicos que hacen cosas tan robustas y específicas para ellos”.
Ideas innovadoras
“Estudié Ingeniería en Computación y al final de la carrera me especialicé en redes y seguridad, me apasionaba todo lo relacionado con seguridad informática y cómputo forense. Aquí tuve mi primer emprendimiento, un proyecto llamado Tequila OS, pero como todo, hay cosas que funcionan y otras que pueden mejorarse, así que decidí ponerle pausa”, recuerda.
Este emprendimiento lo desarrolló en 2015 con otros estudiantes de la FI. Fue el primer sistema operativo para cómputo forense (la aplicación de técnicas científicas y analíticas a infraestructura tecnológica para identificar, preservar, examinar y exponer datos válidos dentro de un proceso legal) de Latinoamérica, y era capaz de analizar casi cualquier dispositivo electrónico usado por la delincuencia. Tequila prometía impulsar a México en esta área y suplir plataformas de otros países.
“Doce meses antes de terminar la carrera solicité empleo en empresas y corporativos trasnacionales porque mi sueño era trabajar en, por ejemplo, Cisco. Pero a pesar de que en las entrevistas me iba bien, me ponían ‘peros’ cuando me preguntaban si manejaba un segundo idioma. Trabajé mucho para mejorar mi inglés y lo logré, ingresé a Microsoft México, pero aún tenía ganas de emprender algo”, expresa.
También recuerda que, entre 2016 y 2017, el tema de la IA comenzó a sonar y él desarrolló un demo que su jefe le solicitó, pues quería impresionar a un cliente, una secretaría de educación. El proyecto consistía en colocar una botella de agua, un vaso, un ratón y un teclado para que la pantalla lo detectara mediante texto. Acertó y gustó mucho.
“Después de esta sesión pensé que, si había sido capaz de desarrollar algo así, podía hacer más para ayudar a otros. En Microsoft México trabajaba un invidente, entonces se me ocurrió que la tecnología podía ayudarle con sus deberes cotidianos y me dediqué a diseñarle un prototipo de gafas inteligentes”.
Con InteLentes las personas con ceguera podían detectar animales, entornos y personas, es decir, discernir entre un perro de un gato, o realizar un cálculo en una computadora. También hacía lectura, procesamiento y traducción de textos tanto impresos como escritos a mano, identificación de rostros y detección e identificación de lugares (La UNAM crea prototipo de lentes inteligentes para débiles visuales – UNAM Global).
En 2018, este emprendimiento ganó el Premio Santander a la Innovación Empresarial, el reconocimiento a emprendedores más importante en México. Desafortunadamente, el proyecto no continuó por la falta de apoyo económico para mejorar el software y, por ende, el modelo.
Ser emprendedor
“Ser emprendedor se trata de tener actitud positiva aún en los momentos más difíciles; es reinventarse, caerse y volverse a levantar. Así, cualquier empresa se hace invencible. Yo soy un fracasado porque la he regado en varias ocasiones, pero lo vuelves a intentar las veces necesarias hasta que consigues lo que quieres”, expresa Martínez Macedo.
Durante su estancia en Boston, EU, Daniel y sus colaboradores realizaron el proceso de Incubación del Sistema InnovaUNAM vía remota, y reconoce que la incubadora les otorgó las herramientas para crear una red de trabajo, respaldo que les permitió tener mayor presencia como empresa y una solidez que, por sí solos, no hubieran conseguido. Asimismo, les dio el acceso a recursos multidisciplinarios, consultorías en temas financieros y administrativos, y un plan de negocio, entre otros.
Uno de los consejos del universitario para quienes desean conseguir un emprendimiento exitoso y constituir una empresa es formar un equipo multidisciplinario a través de amigos o conocidos de carreras diferentes. Ayudar a los demás es importante, pues uno no siempre está arriba; al inicio, todos necesitamos a alguien que nos tienda una mano. “Esta experiencia me ha llevado a algo más trascendental. En un inicio buscaba ‘ser feliz’, pero el concepto debería ser quiero ‘ser pleno’, es decir, sentirme en paz y estable. Deseo ser alguien que deja un poquito de mí a través de la gente que me rodea. Las colaboraciones con la UNAM, que es mi alma máter, o con organizaciones de la talla de Microsoft México, revelan el tamaño de las cosas que hacemos. Jamás hubiera imaginado esto cuando tomé clases en la facultad”, concluye