Ciudad de México.- La mayoría de los puestos callejeros en la Ciudad de México (CDMX) se ubican en áreas de ingresos medios, en los cuales se vende, principalmente, alimentos cerca de hogares y oficinas, revela un estudio realizado por el profesor de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), Jose-Benito Rosales Chavez.
Al presentar los resultados de su trabajo, recientemente publicados en la revista Journal of Nutrition Education and Behavior, el especialista detalló que las tiendas de abarrotes son la principal fuente de alimentos y bebidas para los hogares mexicanos; sin embargo, se necesitan algunas intervenciones para aumentar el suministro de los no procesados.
Ante investigadores y estudiantes del Instituto de Geografía de la UNAM -y acompañado por Ana Gabriela Ortega Ávila, académica de la Facultad de Medicina y experta en Ciencias de la Nutrición Humana-, explicó:
El estudio se realiza a partir de 2018 en varias alcaldías, mediante un censo aleatorio enfocándose en las calles donde es posible encontrar comida por la mañana, tarde o noche, además de conocer los tipos de alimentos y sus diferencias.
Luego de revisar 391 puestos, los resultados indican que 38.1 por ciento se dedica a la venta de la recién preparada; 29.8 por ciento comercia dulces; 19.7 por ciento frutas y verduras; y el resto otros insumos (12.4 por ciento).
La mayor cantidad se ubica en áreas de ingresos medios, aunque según la literatura los puestos de comida se encuentran en lugares de bajos ingresos, este no es el caso para la Ciudad de México, comentó el investigador.
Lo resultados de la investigación -la cual es parte del doctorado de Rosales Chavez- indican que la distribución de la mayoría de los comercios está cerca de los hogares, aunque en ocasiones, al llegar a edificios, observaron que había varios que son una combinación de hogares y sitios laborales; le siguen los centros de transporte, de trabajo y, al último, los centros comerciales.
Durante la charla “Negocios de comida callejera y sus efectos en la salud: una propuesta de investigación”, enfatizó que este es uno de los pocos estudios dedicados a la venta de alimentos en las calles, ya que en EUA hay limitaciones porque no se cuenta con un contexto de este tipo de giros.
En el vecino país la gente desconoce qué es la “comida tradicional”, lo que más se compra es la de franquicias; recientemente se pusieron de moda los foodtrucks, pero falta análisis de otros puntos de acceso que son más culturales.
Sin embargo, en México hay tortillerías, tiendas de abarrotes, fruterías, puestos de comida, mercados, tianguis, etcétera. Según la Organización de las Naciones Unidas, la comida callejera se relaciona con alimentos y bebidas listas para consumir, que son preparadas y/o vendidas por comerciantes en la vía pública usando diversos métodos, como carritos, bicicletas, puestos, entre otros, los cuales no son parte de un lugar con más de tres paredes permanentes.
El especialista sugirió que si se busca aumentar el acceso a los alimentos no procesados podría llevarse a cabo a través de los minoristas tradicionales, como ocurre en nuestro país en tianguis o mercados.
Actualmente investigan la salud de los alimentos, además de los eventos asociados de las enfermedades crónicas con la nutrición y a qué se expone la gente que participa en este tipo de negocios.
En esta nueva etapa de la investigación se comparará la información obtenida en la Ciudad de México con la recabada en Phoenix, Arizona, y en la comunidad Navajo, en Estados Unidos, con el apoyo del Centro Internacional Fogarty, del Instituto Nacional de Salud.