Toluca, Méx.– Un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España ha realizado un descubrimiento sin precedentes: el oro y la plata pueden viajar a través de fluidos geológicos en forma de nanopartículas, lo que representa un giro revolucionario en la comprensión de cómo se forman yacimientos minerales.

El hallazgo, publicado recientemente en la prestigiada revista científica Nature Communications, se basa en el estudio de muestras recolectadas en la histórica mina Natividad, ubicada en Oaxaca. Allí, los investigadores identificaron por primera vez la presencia de nanofundidos, es decir, diminutas gotas solidificadas de oro y plata que se transportaron suspendidas en fluidos hidrotermales durante procesos volcánicos y tectónicos.

Oro y plata en gotas invisibles

La investigación fue liderada por Néstor Alfredo Cano Hernández y Antoni Camprubí Cano, del Instituto de Geología de la UNAM, quienes combinaron análisis micro y nanoscópicos utilizando tecnología de punta como la microscopía electrónica de alta resolución, para observar cómo se presentaban estos metales dentro de cristales de cuarzo.

“Tradicionalmente se pensaba que los metales preciosos se disolvían completamente en los fluidos geológicos. Ahora sabemos que también pueden viajar como partículas diminutas, lo cual cambia todo el paradigma”, explicó Cano Hernández, doctor en Ciencias de la Tierra.

El fenómeno fue identificado en zonas conocidas localmente como bonanzas, pequeñas franjas de apenas centímetros o milímetros con concentraciones excepcionalmente altas de metales, detectadas por los mineros de la región desde hace décadas. Los investigadores comprobaron que estas riquezas se originaban justamente por la acumulación de nanofundidos metálicos.

Oaxaca, epicentro del hallazgo

La mina Natividad, una de las más antiguas de Oaxaca con más de 300 años de historia, fue el escenario ideal para llevar a cabo esta investigación pionera. El yacimiento contiene vetas epitermales con alto contenido de metales, y ha sido explotado de forma artesanal por generaciones.

El descubrimiento no solo tiene implicaciones científicas, sino también económicas: podría abrir nuevas estrategias para la exploración de yacimientos minerales al considerar la presencia de estas partículas invisibles a simple vista.

Impulso a la investigación mexicana

Este trabajo representa la primera investigación realizada en México sobre la formación de yacimientos minerales a escala nanoscópica, y también la primera en el continente americano que documenta científicamente la existencia de nanofundidos ricos en metales preciosos.

“Esto podría ayudarnos a ubicar nuevas zonas de bonanza en yacimientos antiguos o incluso descubrir otros que hasta ahora han pasado desapercibidos”, señaló Antoni Camprubí.

La investigación es resultado de la tesis doctoral de Néstor Cano, desarrollada en parte durante una estancia de colaboración en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra del CSIC, en España.

Con este avance, México se coloca a la vanguardia en el estudio de procesos geológicos a nivel atómico, abriendo nuevas ventanas para la minería sustentable y el conocimiento profundo de los recursos naturales del país.

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