Expertos analizan el impacto del fallo del T-MEC sobre el maíz transgénico
Ciudad de México.- Los alimentos derivados del maíz que se consumen en México no representan un riesgo para la salud, afirmaron especialistas de la UNAM, la UAM y diversas organizaciones durante el conversatorio “El maíz transgénico en México: contexto actual y perspectivas del futuro”, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.
Ana Laura Wegier Briuolo, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM, aseguró que la diversidad del grano en México garantiza la inocuidad de los alimentos. Sin embargo, advirtió que esta diversidad se encuentra en riesgo debido a la creciente homogeneización de las semillas, una tendencia impulsada por el mercado y las patentes, como ha sucedido en Estados Unidos.
México perdió el fallo del T-MEC, pero no el debate
El reciente fallo del T-MEC, ocurrido en diciembre, determinó que México no pudo demostrar que el maíz transgénico importado de Estados Unidos afecta la salud o el medio ambiente. Sin embargo, Monserrat Téllez Serrano, integrante de la fundación Semillas de Vida A.C., subrayó que la derrota no fue de fondo, ya que el panel de resolución estaba compuesto por especialistas en comercio, no en salud o bioseguridad.
“Lo que se evidenció fue la gran cantidad de información y conocimientos con los que contamos, que refuerzan la pertinencia de las medidas de México”, señaló.
Por su parte, David Rivero Fragoso, abogado de la Demanda Colectiva de Maíz, explicó que México es autosuficiente en la producción de maíz para consumo humano, pero depende de importaciones para la industria de alimentos procesados, textiles y forraje. En su opinión, esta dependencia podría reducirse destinando esas tierras a otros cultivos o recuperando áreas naturales protegidas.
¿Vulnerabilidad en bioseguridad y soberanía alimentaria?
El fallo del T-MEC también ha puesto en evidencia la falta de trazabilidad del maíz genéticamente modificado que ingresa al país, advirtió Alma Piñeyro Nelson, investigadora de la UAM-Xochimilco.
“Nos coloca en una condición de vulnerabilidad y sigue retando la soberanía de México para tomar decisiones en función de la salud de sus habitantes y la protección de sus agroecosistemas”, señaló.
Un estudio reveló que el 82% de los productos procesados en el país, como harinas, totopos y botanas, contienen transgenes, lo que evidencia la dificultad de controlar la presencia de organismos genéticamente modificados en la alimentación de los mexicanos.
El reto: proteger la diversidad del maíz mexicano
Los especialistas coincidieron en que México debe fortalecer sus políticas de bioseguridad y conservación del maíz nativo, pues la diversidad de este grano no solo es clave para la alimentación, sino para la soberanía agrícola del país. Aunque el fallo del T-MEC supone un desafío, también abre la puerta a una mayor investigación y regulación para proteger el patrimonio biocultural mexicano.