Ciudad de México.- América Latina goza de la ola más larga de democracia de toda su historia. Al respecto hay avances que se están consolidando, aunque también persisten problemas y déficits, señalaron especialistas en el Seminario Democracia, rendición de cuentas y poderes fácticos.
Su coordinadora y moderadora, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales, dijo que el papel de los poderes fácticos y las estrategias de simulación en la democracia están afectando nuestro desarrollo político.
En la región latinoamericana hay grandes avances en el camino de apertura de la democratización, las luchas sociales y las transformaciones. “Pero no podemos echar las campanas al vuelo; no podemos ignorar la persistencia de los poderes fácticos, que son actores que no están formalmente investidos de autoridad o reconocidos en la tradicional división de poderes; sin embargo, ejercen una gran influencia en las decisiones, en las dinámicas y rutas que se toman en las sociedades latinoamericanas, y que por ello son muy necesarios de analizar”.
La existencia de los poderes fácticos se vuelve, incluso, estructural, y su relación con el constructo de la democracia debe ser repensada y analizada, para confrontar los problemas que en el tema enfrenta nuestra región, recalcó la universitaria.
Elecciones libres y limpias
En la sesión dedicada a la Democracia y poderes fácticos en América Latina, Gabriela Ippolito O’Donnell, de la Universidad San Martín, Argentina, sostuvo que en ocasiones resulta insólito que la ola democratizadora latinoamericana, que inició en los años 80 del siglo XX, perdure.
Latinoamérica ha progresado mucho en su democracia electoral, que implica elecciones libres, limpias y competitivas, más una serie de libertades básicas que permiten que así sea. “Estamos bastante bien, aunque en los últimos años la curva está decayendo un poco, y hay que preocuparnos con eso”.
A pesar de que pareciera que la tendencia decreciente de apoyo a la democracia se ha detenido, de acuerdo con Latinobarómetro, los ciudadanos que piensan que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, ha caído por debajo del 50 %. Se trata del registro más bajo de apoyo a ese sistema político en 25 años.
Lo peor, detalló Ippolito, es la tendencia de los indiferentes que manifiestan que les da lo mismo si hay un régimen político democrático o uno autoritario, cuyo porcentaje va en ascenso. Además, son los jóvenes los más indiferentes: 31 % corresponde a menores de 25 años. “La proporción de quienes prefieren un régimen autoritario aumenta a medida que disminuye la edad”:
Jacques Ramírez Gallegos, académico de la Universidad de Cuenca, Ecuador, habló de la corrupción y la penetración del narcotráfico en su país, que ha alcanzado a las altas esferas del gobierno y de la familia del presidente Guillermo Lasso.
La violencia y el narcotráfico, articulado con bandas delincuenciales locales, ya no sólo controlan las cárceles, sino también zonas extensas de esa nación. “Preocupa que un tercio de la producción colombiana de cocaína llegue a Estados Unidos y Europa a través del Ecuador”.
En esta crisis de seguridad, sanitaria y penetración de bandas delincuenciales, hay ganadores; mientras la ciudadanía está sumergida en la pobreza y busca la migración como una forma de salir adelante, vemos que hay poderes que ganan; hay utilidades crecientes para los bancos, por ejemplo, señaló Ramírez Gallegos.
Tales elementos, finalizó, han llevado a una crisis política muy fuerte en la que el partido del gobierno perdió a los aliados que lo llevaron al poder; en la cual el principal movimiento social, el indígena, ha hecho movilizaciones de rechazo a políticas de ajuste, y en la que hay una corrupción galopante.
Estefanía Ciro Rodríguez, del Centro de Pensamiento de la Amazonia Colombiana, A la Orilla del Río, Colombia, indicó que el presidente de ese país, Gustavo Petro, enfrenta una fractura institucional radical dentro de las fuerzas militares.
La experta dijo que se debe discutir una reforma profunda del campo político, y eso tiene que ver con un debate sobre la verdad del narcotráfico; “debajo de la mesa, ha habido una serie de negociaciones no públicas con narcotraficantes, y el punto es que necesitamos la verdad de quiénes han sido parte de esta dinámica, para plantear un escenario de transformación, de desmilitarización del narcotráfico”.
Finalmente, Desiree del Rosario Sosa, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, República Dominicana, comentó que en su país la falta de seguridad pública es un tema pendiente de resolver.
Hay que ubicarnos en los temas de quiénes somos, cómo construimos una ciudadanía distinta y cómo recuperamos el de la sociedad civil con la mirada de ese sistema democrático al que las poblaciones aparentemente no están valorando mucho. Estamos metidos en un proceso de reflexión de cómo y hacia dónde podemos imaginar un futuro distinto, concluyó.