El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional, asegura especialista de la UNAM

Ciudad de México.- Aunque el duelo suele asociarse con un profundo dolor emocional, vivirlo no necesariamente implica sufrir indefinidamente. Así lo afirmó Juan Manuel Santiago Maldonado, técnico académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, quien ofreció la conferencia “Duelo sin sufrimiento, vive tu duelo sanamente” en el auditorio “Dr. Luis Lara Tapia”.

“El duelo sirve para aprender a vivir sin lo que perdimos, no para quedar atrapados en el dolor”, explicó el especialista. Aclaró que se trata de un proceso que nos permite asumir, asimilar, madurar y eventualmente superar la pérdida, sea esta la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, la pérdida de empleo u otros cambios significativos.

Escuchar nuestras emociones: clave para sanar

Según el académico, el dolor es inevitable y forma parte natural del proceso de duelo. Sin embargo, cuando este se intensifica con el tiempo y se convierte en sufrimiento constante, es señal de que necesitamos tomar acciones.

Es crucial permitirnos sentir tristeza, enojo, miedo o nostalgia. “No se trata de evitar el dolor, sino de procesarlo”, explicó. Al dejar que nuestras emociones fluyan, el impacto disminuye y poco a poco se restablece el equilibrio emocional.

Cada duelo es único y personal

No existe un “tiempo correcto” para superar una pérdida. Cada persona vive el duelo de forma diferente, dependiendo del tipo de pérdida, los recursos emocionales disponibles y el momento de vida en que ocurre. Compararse con otros, advirtió, es contraproducente.

Además, Santiago Maldonado alertó sobre creencias erróneas como “si me siento bien, estoy traicionando a quien falleció” o “nunca volveré a ser feliz”. Estas ideas obstaculizan un proceso sano y nos mantienen atrapados en la culpa o la tristeza permanente.

Volver a amar, reír y vivir también es parte del duelo

Un duelo sano implica, eventualmente, volver a conectarse con la vida. Reír, disfrutar, amar y reconstruirse no significa olvidar, sino rendir homenaje a lo perdido desde una nueva perspectiva emocional.

El apoyo social también es fundamental. Rodearse de personas que generen paz, protección y comprensión ayuda a transitar este proceso con más equilibrio. “Hay que tomarse el tiempo necesario, sin prisas, pero con la intención clara de sanar”, indicó.

Buscar ayuda es una forma de autocuidado

Si después de seis meses el dolor persiste sin mejoras, buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia. “El sufrimiento prolongado no es inevitable. Podemos y debemos tomar medidas para evitarlo”, enfatizó el especialista.

Juan Manuel Santiago concluyó que vivir el duelo sanamente es una forma de honrar la vida misma. “Cada momento es una oportunidad para retomar el camino: llorar, respirar, volver a sentir y cuidar de nosotros. El duelo no es una condena, es una transición hacia una nueva forma de estar en el mundo”.

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