Por: Lourdes Gómez Zamora

El hombre, a diferencia de la mujer, pasa por un periodo de abandono en materia de salud, es decir, que los varones nacen y son vistos por el pediatra únicamente, pero a partir de ahí se desconectan de un médico hasta que aparecen problemas crónico degenerativos como diabetes, hipertensión y afectaciones cardiacas; así, se ha ido creando la idea de que el hombre es fuerte y por ello no tiene permitido enfermarse.El urólogo Axel Costilla Montero, adscrito a la clínica de tumores urológicos del Centro Oncológico Estatal (COE), unidad médica del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), afirmó lo anterior y explicó que, en materia de salud, el padecimiento que prepondera en la comunidad masculina es el cáncer de próstata, enfermedad que por tabú o falta de información impide a los varones acercarse a un médico especialista a fin de obtener un diagnóstico oportuno, un tratamiento y, sobre todo, una mejor calidad de vida.

El cáncer, explica el especialista, es una diferenciación y crecimiento desordenado de las células prostáticas que inicia en la próstata, luego crece y se expande hacia otras estructuras. La próstata, agregó, es una glándula situada en el piso de la pelvis, cuya función principal es la producción del líquido seminal que acompaña y protege a los espermatozoides durante la eyaculación; en términos generales, su principal función es reproductiva.El cáncer de próstata no respeta edad, sexo, ni estatus socioeconómico; pero, al carecer de información o al no tener acceso a sistemas de salud adecuados, las poblaciones marginadas son susceptibles de acudir al médico en una etapa avanzada. Los efectos directos de este padecimiento son metástasis, invasión del cáncer a otros órganos, y dolor óseo; las molestias se enfocan en el crecimiento de la próstata (hiperplasia) cuya consecuencia directa es la obstrucción; al estar crecida, la próstata, oprime la vejiga evitando que ésta se vacíe de forma adecuada o completa; así, la vejiga tarda en llenarse y por ello se orina con frecuencia y con esfuerzo.

Costilla Montero señaló que la batería de sospecha de este tipo de cáncer se basa, principalmente, en un tacto rectal alterado (la próstata se siente caliente, crecida)  y la elevación del antígeno prostático específico, un estudio que puede realizarse en cualquier laboratorio clínico; enfatizó que la única manera de diagnosticarlo es a través de la biopsia.

Los números hablan

Costilla Montero agrega que la mayoría de los tumores urológicos se focalizan en el cáncer de próstata, que oscila entre el 60 y 65% de los casos, seguido del cáncer de testículo con 15%, el de riñón, también con 15% y el de vejiga, con menor incidencia, aproximadamente de 5%.

Si existe algún familiar con antecedentes de cáncer de próstata, apunta el especialista, el riesgo aumenta y alcanza 15%; si padre y hermano tienen antecedentes o tuvieron cáncer cuando eran menores de 60 años, el riesgo se va hasta 24% y si existe un tercer familiar con dicho padecimiento, el riesgo alcanza ya el 35%.

El médico comentó que los pacientes acuden para recibir atención cuando la enfermedad ha avanzado, tal vez por el temor que aún representa la revisión prostática, situación que permite el avance de la enfermedad.

Sin embargo, la búsqueda sistemática del cáncer debería de comenzar a partir de los 50 años, siempre y cuando el paciente no cuente con antecedentes familiares, pues de acuerdo con estadísticas, a partir de dicha edad comienzan a presentarse las alteraciones.

El estado de los pacientes al acudir al hospital, dijo, varía de acuerdo con la unidad hospitalaria en la cual se encuentre; no obstante, en el COE los pacientes acuden, en su mayoría, en etapas tempranas, ya que el sector poblacional que atiende tiene ciertos conocimientos al respecto, a diferencia de instituciones como el IMSS o el ISSSTE, donde los pacientes acuden en una etapa tardía, enfocadas principalmente a la falta de información al respecto.

Tratamiento

Las alternativas de tratamiento que ofrecen en el COE van de acuerdo con las características de cada paciente. También depende la calificación que haya arrojado la biopsia, así como los niveles del antígeno prostático específico de cada caso. El especialista añade que se hacen estudios de extensión a fin de determinar si el padecimiento se encuentra totalmente confinado a la próstata o si ha avanzado hacia estructuras óseas; si el estudio revela que el cáncer está sólo en la próstata, el tratamiento ideal es la cirugía; empero, también hay casos que requieren radioterapia y tratamiento hormonal.

Al respecto, informa que el costo aproximado de una cirugía y de la radioterapia es de 300 mil pesos. En la cirugía intervienen cerca de ocho personas y tiene una duración de hasta tres horas, como máximo. El seguimiento, es ver al paciente cada tres meses con el estudio de antígeno prostático durante el primer año posterior a la cirugía; luego, del segundo al quinto año las visitas son cada seis meses y después del quinto año se revisa al paciente una vez al año.

La extirpación de la próstata es de mínima invasión, es decir que la cirugía radical de próstata se da mediante un abordaje laparoscópico; bajo este contexto, Costilla Montero asevera que el COE es el único hospital en el Estado de México donde se está realizando este tipo de procedimiento quirúrgico. La recuperación del paciente es rápida, y por lo tanto hay menos dolor. Se reduce el uso de analgésicos postoperatorios y la sonda urinaria se queda mucho menor tiempo. Además, permite preservar los nervios encargados de la función sexual y la micción ya que las secuelas más importantes después de esta cirugía son la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil.

Por una cultura de la prevención

El Centro Oncológico Estatal del ISSEMyM cuenta con un colegio de urólogos, quienes tratan de promover la conciencia de prevención por medio de pláticas y concientización social al respecto; buscan que los hombres se hagan revisiones frecuentes con el urólogo de manera preventiva, no correctiva. En cuanto al abastecimiento de medicamentos e insumos, Axel Costilla Montero asegura que el COE, hasta la fecha, tiene privilegios debido a la naturaleza de las enfermedades tratadas ahí, es decir los diferentes tipos de cáncer, padecimientos altamente agresivos; enfatiza además que las necesidades del hospital han estado creciendo y han tenido respuesta favorable por parte del gobierno.

Costilla Montero subrayó que es necesario que los hombres pierdan miedos y acudan frecuentemente a realizar revisiones médicas.  Según estadísticas,  apunta, ocho de cada 100 hombres tendrán cáncer prostático en alguna etapa de su vida.

 

 

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