Toluca, Méx.- Su admiración por Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Horacio Quiroga, junto al interés por contar historias, la escritora queretana Lola Ancira, se centró en escribir cuentos a la corta edad de 15 años para más adelante convertirse en escritora profesional.

De nombre Carmen Dolores Ancira Zamudio, mejor conocida como Lola Ancira, nació el 24 de marzo de 1987 en Querétaro. La mayor parte de su vida vivió en Guadalajara, Jalisco, hasta mudarse a la Ciudad de México donde radica actualmente. Estudió la Licenciatura en Lenguas Modernas en español en la Universidad Autónoma de Querétaro, con línea terminal en Lingüística y en docencia.

Actualmente ejerce como escritora profesional y docente, imparte talleres y cursos de cuento y literatura fantástica. Escribe, ensayos, cuentos, reseñas literarias. Sus historias narran acontecimientos históricos mezclados con la fantasía.

Las obras de la escritora mexicana; lleva a lo macabro, lo perverso, lo inusual, lo onírico, el fetichismo, en historias que se dan en mundos alternos, tal vez borgianos, en donde todo es posible, en prisiones como Lecumberri, en asilos psiquiátricos, como La Castañeda. Sus cuentos son prueba de que el horror abstracto es más terrorífico que el figurativo.

Algunas de sus obras más trascendentes son:
“Tristes sombras”
En este libro los cuentos dan voz a aquellos que han sido marginalizados y condenados a vivir entre las sombras de la locura, la nostalgia, la perdida y la desesperanza. Los personajes, vencidos por la vida misma, se refugian en el recuerdo de lo que tuvieron, en el abandono, las promesas caducas y el desaliento. El psiquiátrico «La Castañeda» y «El Palacio de Lecumberri» son los espacios que albergan el último destino de cada protagonista cuyo final es la inevitable
metamorfosis a sombras.

“Tusitala de óbitos”
Acercarse a las narraciones de Lola Ancira, es como sumergirse por completo en una biblioteca que formase parte de algún cuadro ignoto de Remedios Varo; al mismo tiempo que se cuenta con la fortuna de tener a Jorge Luis Borges como guía en tan laberíntica aventura. Estamos ante un repertorio de quince relatos cohesionados por la multitud de
criaturas inefables que lo habitan, lo mismo mitológicas que procedentes de la transmutada condición humana que parece definir estas primeras décadas del siglo XXI.

“El vals de los monstruos”
El vals de los monstruos, construye una narrativa que conducirá al lector por situaciones tan intrigantes como perturbadoras —e incluso perversas—, que evidencian el resultado violento y grotesco, en casos extremos, de los que bien podrían denominarse “padecimientos” de la sociedad: la agresión, el abuso, la humillación, el abandono. En los
once cuentos que conforman la presente obra, Lola Ancira nos sumerge en el pensamiento y, más todavía, en el sentir de sus personajes.

“El vals de los monstruos” (segunda edición)
El vals de los monstruos de Lola Ancira, es un libro que ansía permanecer, no encallar en la indolencia. No lo hace por medio de la zarpada letal, sino de una forma lenta y parsimoniosa, aumentando el azoro de los lectores. Lo monstruoso en estos cuentos radica en el entramado de lo atroz de las pasiones humanas que rayan en la universalidad literaria. Muchas de las historias están concebidas desde el anonimato de sus personajes, porque en realidad no son tan importantes los nombres, sino las acciones.

“Mexicanas. Trece narrativas contemporáneas” (esta es colaboración con otras autoras)
Esta obra reúne una visión compartida de los problemas a los que nos enfrentamos las mujeres en México. A través de sus historias, las autoras representan la realidad y la complejidad de las relaciones no sólo amorosas, sino de amistad e incluso familiares a las que han intentado someternos. Las historias aprehenden la experiencia del sometimiento, de la desesperación, de la injusticia. Se denuncian ausencias —no sólo físicas— que se gritan con las palabras.

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