Por Socorro Valdez

Que difícil resulta abordar ciertos temas, sobre todo cuando tienen sesgo inequitativo y en ocasiones manipulado. El acoso sexual, es uno y otro. Como mujer y periodista, he constatado ambos y no estoy ni he estado exenta de acoso sexual, tema, insisto, difícil para emitir en tan corto espacio.

En mi caso, más que denunciar, no por temor, por guardar silencio ni por conservar un empleo, jamás lo denuncié ante las autoridades, por el contrario, aunque no es fácil, lo enfrenté con firmeza para frenar esa situación que nunca va a desaparecer y siempre puede estar presente en cualquier ámbito.

En las redes sociales, el acoso es cada vez más constante. Pero, como mujeres y sobre todo las autoridades,no deben tener una corta visión sobre el tema. No se acepta que también hay cada vez más mujeres sin escrúpulos que emplean el acoso como un ardid para dañar al hombre. Y aunque debemos tener agallas para encarar ese problema, también, honestidad para no usarlo como revancha o venganza contra los hombres. Los dos casos son condenables.

Lamentablemente los dos casos existen, y he constatado que mujeres, sobre todo en lo laboral, incluso policías y hasta estudiantes, alegan acoso sexual, para vulnerar la rectitud de un hombre. Es decir, acusan falsamente, lo que indudablemente afecta la imagen familiar y social del acusado. Así que ¡Cuidado, mucho cuidado!..

Porque por hacer un mal a otros, se lo hacen así mismas y a otras, a aquellas verdaderas víctimas de acosadores, incluso de violadores.. Si, bien existen cifras de víctimas, también las hay -aunque sean las menos- de mujeres que mintieron con un propósito, igual de grave, que el mismo delito. ¿Pero han sido castigadas? No se conoce.

Además, hay una visión muy feminista sobre el acoso, sin reparar que ese delito no es exclusivo hacia un género, pues también, como hay hombres víctimas de denuncias falsas, los existen acosados por mujeres. Y ahí, sí por vergüenza, no lo denuncian.

Por eso, lo importante en este delito, es enviar un mensaje a las autoridad que lo investiga, para que vaya al fondo del tema y tratarlo con equidad y justicia. Poner un alto, tanto a quien acosa, como a quienes lo usan para abusar y hasta como arma de venganza, odio o bandera política. No limitarse a la acusación de ellas, sino investigar, porque eso puede traer, como en otros casos, la consecuencia de castigar a un inocente y llevarlo a la cárcel.

El que sean más mujeres acosadas, no quiere decir que el tema tenga ni deba considerarse con sesgo femenino. Un delito lo comete un hombre como una mujer. ¡No hay cifras!, pero sí hay casos, porque aún ese tema tiene un sesgo y mucho tinte de mujer, incluso como arma de venganza.

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