Por Socorro Valdez Guerrero

Año de Leona Vicario, año 2020 que debiera ser, porque significa, conciencia, trabajo en equipo, unión. Año para periodistas que no son de ceremonias ni estatuas, sino de ¡Respeto y reconocimiento!, aún vivos.

Año de construcción segura para un futuro, que reconoce una labor, la de ahora, la de los periodistas en ¡Activo! Año, de defender el periodismo que creen rebelde o al servicio de otros.

Año, de impulso a esa información no servil, sino de servicio social. Año de mujer periodista, de ellas contra las que ahora, desde una administración, les violan sus derechos y les quitan el trabajo; mujer, Leona Vicario, que vale promoverla y reactivar su imagen, no de palabra, no de ceremonias, sino de ¡Acciones! No hacerlo así, es ¡Falso! Como hipócrita un decreto y establecer un año para Leona Vicario, la primera periodista que con su pluma, advirtió lo que era y criticó al que la denostaba.

No puede ser un año de un periodista, mientras desde un gobierno, “golpean” al gremio. Mientras despiden a mujeres periodistas de trayectoria, que le ha servido, con su profesión, a un órgano de gobierno. Mientras las asesinan y sus muertes están impunes.

Año de mujer periodista, de corredor Reforma de mujeres ilustres, ¿o de simular respeto, de sólo uso de una bandera de lucha de otras y de imágenes de libertad? Mientras se es tirano contra aquellas que informan lo que no gusta. Contra aquel que no aplaude ocurrencias. Mientras menosprecian al crítico, al no servil, al que ¡Cumple! Con informar -aunque no guste a otros-. No somos un gremio de ceremonias ni estatuas, tampoco promotores de memes o impulsores de videos chistosos.

No somos serviles a un gobierno y opuestos a una sociedad. Somos ¡reporteros, somos periodistas! Aún en el ejercicio diario. No somos comunicadores, porque eso lo hacen todos, tampoco únicamente los que ejercen la libertad de expresión, por eso es derecho de todos.

Nosotros somos reporteros -algunos empíricos- como los de antaño que nos enseñaron y forjaron a muchos. Somos los que ejercemos en la calle, en los hechos, ¡Esos que viven y sienten, la noticia, aún con mayor riesgo! No somos como otros, aquellos que tras una máquina -hoy tras una computadora o un celular- impulsan lo que quieren oír a los que sirven y les aplauden lo que promueven.

Somos los del salario castigado, los de las jornadas de explotación, los de vivencias en soledad, los de éxitos de momento, y mañana de olvido; los de fracasos familiares por no estar con ellos, los que vivimos la historia, la sentimos, la gozamos y hasta la padecemos. Somos esos a los que corren por traumas ideológicos de otros.

No promovemos ideología, ¡informamos de esa ideología! Somos esos que a diario conviven con poderosos, con nefastos, con los corruptos, pero también con los limpios, con los honestos, con la gente de trabajo que forja un país. Somos aquellos que también lloran a sus muertos, que también padece desempleo, enfermedad sin atención, calvario como tú, a ¡gobiernos omisos e indolentes! Somos los que entregan su vida y su salud por informarte lo que no quieren que veas.

No somos aquellos que hoy promueven a Vicario, y escupen la libertad de expresar, matan a los que escriben e insultan a los que informan con objetividad. No somos esos que hoy no saben qué es ser periodista, que ejercer el periodismo.

Tampoco aquellos con los que nos confunden, esos con los que hacen negocios y ríen, con los que comparten la mesa y después en público les hacen ¡fuchi! Reconocer a los muertos, no es honrar al periodismo. Ofrecer un año, no es respetar al periodismo. Colocar una estatua, no frena abusos ni despidos.

Comentarios

Comentarios