Por Angélica Rangel
América logra remontar en el Volcán ante unos Tigres ratoneros y pequeños.
La cita fue en el Universitario en Nuevo León. El global estaba en contra de los visitantes, las oportunidades de ganar en casa de los felinos eran nulas. Todos sabían que el América estaba muerto, inclusive aquella que está redactando esto.
Pero nunca hay que dar por muerto a las Águilas, aquellas que han sabido venir desde atrás para sacar la garra y superar las adversidades que el futbol le presenta.
Los Tigres salieron confiados ante su gente, los rezos y plegarias venían de un solo lado: el azulcrema. El silbante marca el arranque del juego y las manos de miles de azulcremas comienzan a orar, a moverse de forma ansiosa y a sudar por el nerviosismo de los primeros minutos.
El América se veía confiado, Federico Viñas se adelanta al minuto 21 con un sublime remate de cabeza tras una juga a balón parado, este primer gol es oxígeno puro para toda la afición. Este gol nos acercó más a la esperanza. Los minutos seguían pasando y con tan solo 10 minutos después del primer tanto Guido Rodríguez puso el segundo tanto de la noche todo gracias a un tiro de esquina. Los gritos no se hicieron esperar, este gol les decía a los de casa que “EL MÁS GRANDE” no iba a darse por vencido, que estaban dispuestos a pelear todavía mucho más.
Los primeros 45 minutos estaban a punto de terminar, pero Giovani Dos Santos estaba decidido a aumentar el marcador, todo esto gracias al pase que Henry Martin le puso para poder tener el 3-0.
El medio tiempo se sintió como un tanque de oxígeno para todos los aficionados interesados en el partido. Tigres fue el primero en entrar al campo, América demoró un poco más y en cuanto salieron los abucheos no se hicieron esperar.
Los Tigres comenzaban a responder con embates latentes, pero fue hasta el minuto 57 que Javier Aquino logró anotar el primer tanto de la noche para los de casa todo esto gracias a una serie de errores de la defensa americanista. Este gol fue un balde de agua helada para los americanistas.
Las manos comenzaban a pedir a los cielos que el reloj avanzara más rápido, que concluyera de una vez por todas. Sin embargo, el destino jugaría mucho con los nervios de ambas aficiones.
Al minuto 70 con un remate de bolea por cuenta de Gignac encendía a la afición en el “Volcán”. Pero esto no era suficiente para conseguir el boleto a la siguiente fase del torneo porque al minuto 80, un penal a favor de América serviría para que Emmanuel Aguilera sellara el triunfo de EL MÁS GRANDE y su pase a semifinales.
Una vez más los capitalinos demostraron porque nunca hay que darlos por muertos, que pueden dar alma, cuerpo y corazón en un partido, y una vez más los Tigres demostraron porque seguirán siendo el equipo más chico del futbol mexicano.