Por Angélica Rangel

La Agencia Mundial Antidopaje (Wada) prohibió esta mañana a Rusia participar por cuatro años en los eventos deportivos más importantes del mundo.

Esto solo significa que la bandera y el himno de Rusia no se permitirán en eventos como los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 y la Copa Mundial de Futbol 2022 en Qatar.

Sin embargo, los atletas que logren demostrar que no están contaminados por el escándalo de dopaje podrán competir bajo una bandera neutral.

El comité ejecutivo de Wada tomó la decisión unánime en una reunión en Lausana, Suiza.

La Agencia Antidopaje Rusa tiene 21 días para apelar esta decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (CAS). La decisión de la AMA entrará en vigor cuando se cumpla este plazo, o después de que el CAS estudie la apelación.

Si en el plazo de 21 días a contar desde el lunes 9 de diciembre, el ministerio de Deportes ruso no alerta al Tribunal Arbitral Antidopaje (TAS) de que no está de acuerdo con la decisión de la AMA, ningún deportista ruso podrá participar en una gran competición internacional bajo su bandera o su himno, ni siquiera la selección de futbol que deberá disputar la fase previa del Mundial de Qatar, y la final, si se clasifica, como equipo neutral.

Deberán ser la FIFA, y las respectivas federaciones internacionales, quienes establezcan cómo se conjugará la neutralidad en la práctica y si podrá jugar en estadios rusos sus partidos de clasificación. La FIFA inmediatamente anunció que pediría instrucciones a la AMA.

El Comité Olímpico Internacional (COI) se ha congratulado de la sanción, más cercana a sus deseos de que no se castigara directamente a los deportistas, para proteger a los inocentes, sino a las instituciones. Justamente el COI reintegró a Rusia en el movimiento olímpico al terminar los Juegos de Invierno de Pyeongchang, cuando otras instancias del movimiento deportivo reclamaban prudencia.

¿Un ataque certero a la mafia dentro del deporte o una jugarreta para sacar a Rusia de la jugada?

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