María Elena Maldonado

El  pasado domingo fue Domingo de Ramos, valga la redundancia; el día en que los cristianos conmemoran la entrada de Jesús en Jerusalén y su aclamación como Hijo de Dios, es el acontecimiento que marca el fin de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa, tiempo en que se celebra la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Cristo.

Fue inusual pues no pudimos asistir a la iglesia y comprar nuestras palmas como cada año desde que puedo recordar. Estamos casi todos guardados, encerrados, en retiro, casi todo el tiempo, yo salgo al supermercado, uno que está  como  a dos kilómetros; me gusta caminar así que lo disfruto enormemente, la entrada es a través de un centro comercial que ahora sólo tiene dos o tres locales abiertos, a pesar de esto, tienen funcionando una hermosa fuente que avienta chorros sincronizados en diferentes niveles: verlos, escuchar el sonido del agua es gratificante  y sus espacios para sentarse son un agradable sitio para descansar en solitario a ver pasar a los pocos transeúntes que desfilan por sus pasillos. Siempre guardando distancia, afuera del súper tomas tu carrito, sólo una vez encontré una joven limpiándolos si no está, tu puedes hacerlo con jabón o/y gel antibacterial que te proporcionan, -una señora reclamo en atención a clientes que no hubiera alguien dedicado a su higiene-  hay pocos clientes lo cual agradeces por lo mismo de no encontrarte cerca a alguien de quien puedas contagiarte.

Yo básicamente fui por cervezas, la vez anterior también, claro que siempre se ofrece algo más de frutas, galletas, canela… pues desde que leí en el periódico que van a cerrar las fábricas, me preocupe, me gusta tomar una de vez en cuando se me da la gana; me pareció absurdo igual que aplicar la Ley Seca en varios estados.

No cabe duda que las “autoridades” no piensan. Qué carambas les importa que la gente se tome unas copas en sus casas, encima del encierro les van a restringir el gusto, además no entienden que todas esas prohibiciones además de afectar la libertad del consumidor y hasta su serenidad, ponen en peligro las industrias que las producen, los empleados que trabajan en ellas, les copio unos párrafos de un artículo sobre este tema: “La falta de cerveza para vender llevará a miles de pequeños negocios a un punto de quiebra con la pérdida de fuentes de empleo, pues no se debe perder de vista que esta cadena de valor genera más de 500 mil empleos, desde el campo hasta el pequeño comercio.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes ANPEC alertó que el desabasto de cerveza durante la cuarentena por el coronavirus provocará un incremento de precios por especulación y el que los consumidores se desplacen a buscar dónde comprarla, rompiendo con la medida #QuedáteEnCasa. En temporada de calor, el consumo de cerveza es la principal bebida refrescante y merece ser declarada como producto esencial, defendió el organismo”.

Como bien dicen esto provocaría el  mercado negro, los sobreprecios e incluso los productos apócrifos, adulterados y la ya en peligro salud de más ciudadanos.

Retornando a mi viaje al supermercado al que siempre voy a pie, claro mientras no tenga que hacer una compra grande para la cual tomo un carro de alquiler al regreso, pero ahora me da “cosa” subirme a un taxi que no sé si está limpio, así que mi compra tengo que cargarla esos dos kilómetros que me separan de mi domicilio, llevo dos bolsas reusables para equilibrar una de cada lado, procuro que nunca sean más de seis kilos, por ello no puedo llevar de una vez toda lo que me gustaría tener en mi alacena, así que hago varios viajes y tengo pretexto de salir y mirar cómo anda la vida en las calles además de surtirme, pues si algo me molesta es no tener mis “cuando se me dé la gana” que se me dan. Además sólo falta que me prohíban algo para que se me antoje, si lo tengo ahí, a veces ni me acuerdo. ¿No les sucede lo mismo?

Así es y al parecer esto va para largo, ojalá hubiera más sensatez, y se hicieran pruebas que determinarían con anticipación los infectados y pudieran evitarse así los contagios en etapas asintomáticas como –repito- lo hizo Corea del Sur y aislaron a los contagiados en vez de a toda la sociedad, en un video una joven checoslovaca –país con pocos contagios- recomienda el uso del cubre bocas como  preventivo obligatorio para no contagiarse, nos asegura que su uso ayudo a que no subieran las cifras. Pensar que sólo se requiere sentido común para actuar con una visión positiva, no es ninguna ciencia oculta, hay que investigar, observar alrededor y acceder a adoptar/adaptar lo conveniente.  

Si los de la cuarta creen que no aplicando las pruebas anticipadas les generan un costo inútil, son absolutamente idiotas, se estarían ahorrando vidas, empleos perdidos, productividad paralizada… en fin ojalá los iluminara el Espíritu Santo, con ellos sólo un milagro lograría que estos mediocres ejercieran eficientemente sus funciones.

Al rato vuelvo al supermercado por cervezas ¿Algún encargo? ¡¡Cuídense!! emaldonadoballestereos@yahoo.es

Comentarios

Comentarios